Por: Patricia Orozco

(Abril 2011)

“Semana Santa, días de reflexión para unos, vacaciones para otros…”

Suenan las campanas, empiezan a aparecer las familias enteras por todas las esquinas de la plaza principal, con sus mejore trajes, peinados, accesorios. Se percibe una ambiente inusual, algo va a pasar… En la iglesia principal se observan ir y venir los acólitos, el sacristán, los sayones, los músicos de la banda, los sacerdotes pomposamente alineados. ¿Qué día es? pues es domingo, ah bueno, por eso hay tanta gente! gran parte del campesinado  sale al pueblo. Pero… pasa algo más, ¿Acaso se celebra algo? pues claro, no te acordás!!! hoy resucitó Jesús…

…Y así empieza la fiesta, o más bien, se clausura toda una semana de oración. En el oriente de Antioquia, en La Unión, cientos de personas caminan tras la imagen de Jesús ascendiendo a los cielos, los sonidos de la banda parroquial irradian un cierto ambiente de júbilo, el sol mismo es bondadoso al proyectar su luz. Se ratifica por un año más, que pocas fiestas logran convocar de manera tan masiva a la comunidad, de generar un sentimiento colectivo fundado en la tradición religiosa tan contundente. A resaltar entonces, la manera como aún los pueblos logran generar la postal para la historia, al parecer seguirá latente mucho más tiempo.

Tras 2 horas de caminata, que suelten las bombas en la torre, que agiten las banderas, que suenen con más fuerza las campanas y que se preparen las tiendas y venteros de las esquinas para atender a quienes terminan sedientos y hambrientos de la jornada. Luego cerremos el capitulo y nos vemos el próximo año. El lunes los días de reflexión o vacaciones se terminan.